El Baúl del Buff

Podemos pensar que, al igual que el reflejo de succión, la acción de soplar es innata, sin embargo, es algo que debemos aprender a edades tempranas. Si habéis presenciado el primer cumpleaños de un bebé, seguramente os disteis cuenta de que era incapaz de soplar la vela. Esto es porque aún no habían adquirido esta habilidad.

Alrededor del año y medio, o los dos años aproximadamente, es importante que entrenemos a nuestros peques en esta tarea, ya que les ayudará a mejorar sus funciones respiratorias, evitar disfonías funcionales y potenciaremos así la emisión de enunciados orales.

Por todo ésto, vamos a explicaros cómo realizar el Baúl del Buff, también llamado caja de soplo, donde encontraremos muchas actividades que nos permitirán trabajar esta función mediante el juego.

Existen numerosos materiales que podemos comprar para este fin, desde pomperos, molinos de viento, silbatos… pero pensamos que la manera más eficiente de lograr resultados es con una alta motivación y, para ello, apostamos por crear los materiales nosotros mismos con la colaboración de los más peques de la casa.

Antes de empezar, debemos saber identificar si nuestros hijos/as están realmente preparados para llevar a cabo estas actividades, para ello, unos tips:

1.Ponemos un vaso con cualquier bebida (agua, zumo...) y una pajita, le pedimos que en vez de beber, sople, para que vea como salen las burbujas.

2.Mediante la imitación, inflamos nuestros carrillos y animamos a nuestros hijos a que nos imiten.

3.Realizamos técnicas de respiración. Tumbados, cogemos aire y vemos cómo se infla la tripa, luego lo soltamos poco a poco y vemos como se desinfla.

4.Buscar algún cuento de entrenamiento del soplo.

En este artículo vamos a ver solo algunas actividades, que han funcionado muy bien tanto en el aula como en casa, pero las posibilidades son casi infinitas y, como he dicho en otras ocasiones, el límite está en nuestra imaginación.

Flauta de pan casera

Seguro que tenéis en casa pajitas de plástico a las que no se les da apenas uso. Con esta actividad vamos a convertirlas en un instrumento musical. Cortamos varias pajitas en distintos tamaños, las ordenamos de mayor a menor y las unimos con cinta adhesiva. Podemos usar una cinta decorada o decorar una tira de cartulina y pegarla tapando la cinta, para que sea visualmente más atractiva. Soplaremos nosotros primero para que vean como funciona y luego les dejamos experimentar; pediremos que vayan soplando con diferentes intensidades y que muevan la flauta de un lado a otro, para que puedan apreciar los distintos sonidos.

Gusano de espuma

Esta actividad resulta realmente divertida, tanto para los peques como para los adultos y es muy sencilla. Para hacer nuestro gusano, solo necesitaremos una botella de plástico, un calcetín viejo, una gomilla, agua, jabón y un cuenco. Cortamos la botella por la parte superior (quedará como un embudo) y, en la parte más ancha, cortamos la punta del calcetín y la colocamos en la botella, fijándolo con la gomilla. ¡Listo! Sólo tendremos que mojar el calcetín en el cuenco con agua y jabón y soplar por la boquilla. Nuestro gusano aparecerá al momento. Si queréis hacerlo de colores, bastará con añadir un poco de colorante alimenticio a la mezcla de agua y jabón.

Carrera de huevos

Pintamos y decoramos una huevera de cartón grande (si no tenemos ninguna, podemos pedirla en cualquier minorista que venda huevos), pintamos dos trozos de papel, cada uno de un color diferente (también podemos usar papel de seda de colores), los hacemos bolita y los ponemos en las esquinas de un extremo. Fabricamos una línea de meta con dos palos de pinchito y un trozo de cartulina, que pegaremos en el otro extremo de la huevera. El juego consiste en soplar la bolita de papel, haciéndola saltar de hueco en hueco, con el fin de llegar a la meta. Si no encontramos hueveras grandes, podemos utilizar dos o más hueveras de docena. En este caso, cada jugador podrá personalizar su propia huevera.

Pintar con pajitas :

Esta actividad es, sin duda, de las más divertidas que se pueden realizar en el Baúl del Buff. Vamos a necesitar acuarelas, papel para acuarelas, cuencos y un cuentagotas o pincel. Lo primero que haremos será diluir un poco de acuarela en agua, creando varios colores diferentes. Luego, con el pincel o el cuentagotas ponemos en la lámina un poco de pintura y vamos soplando con la pajita. Lo divertido de esta actividad es experimentar qué pasa al soplar fuerte-flojo e intentar direccionar el soplo. También podemos dibujar en la lámina una cara, por ejemplo, e ir colocando las gotas de pintura como si fuesen el pelo, o, ir creando pequeños monstruitos a los que luego les pegaremos ojos.

Al finalizar, la dejamos secar completamente y luego podemos usar las láminas para decorar la habitación, hacer un regalo original, etc.

Los materiales creados junto con los que podemos comprar, los tendremos dentro de una caja, que decoraremos y llamaremos “El Baúl del Buff”.

El artículo es de nuestra colaboradora Laura Mezzo Iniesta, TSEI en educación infantil además de Especialista en TEA y atención temprana.