El cuento de la semilla o la alegría del huerto

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Seguro que habéis observado que cada vez está más presente en los colegios la existencia de pequeños huertos en el patio y que el mantenimiento del mismo se incluye como una actividad práctica para el alumnado.

En la etapa infantil y en aquellos centros donde siguen una metodología globalizadora, el huerto puede constituir un centro de interés (unidad de trabajo) donde se integren las distintas dimensiones del desarrollo infantil, a través de experiencias y actividades que tengan sentido afectivo, cognitivo y que les implique activamente, por ejemplo: riego del huerto, elaboración del compost, germinación de semillas o, incluso, ornamentación interna de la escuela a través del cuidado y decoración de las plantas de interior. Para Imagina tu cuento esta experiencia del huerto nos parece fundamental, por eso en nuestro cuento personalizado para maestras y maestros El hada ilustrada forma parte de la aventura que los niños y niñas viven con su profe.

Esta actividad, bien desarrollada, cumplirá una serie de objetivos que van más allá de los meramente académicos, como son:

1. Aprender sobre huertos y nutrición.

2. Observar el proceso de plantación, crecimiento, cuidados y recolección de productos agrícolas básicos.

3. Aprender a cuidar los recursos naturales desde el trabajo en el huerto, valorar la importancia del agua como bien escaso e indispensable, así como clasificar y reutilizar residuos.

4. Fomentar el respeto por la tierra como fuente de vida y desarrollar el interés por no degradarla.

5. Servir de inspiración como método para ahorrar en casa.

6.Desarrollar el sentido de la responsabilidad y el compromiso.

7. Fomentar la cooperación y las relaciones entre iguales así como el trabajo en grupo.

Por todas estas razones, podemos plantearnos la idea de llevar el huerto a casa. Si bien es cierto que no todo el mundo cuenta con patio/terraza, podemos centrarnos en el cultivo de plantas de interior o, simplemente, en germinar semillas de diferentes alimentos.

¿Cómo hacemos un huerto de interior?

Lo primero es buscar una ventana en casa donde disfrutemos de 5-6 horas de luz al día. Teniendo esto, será suficiente para llevar a cabo la actividad, también podemos buscar una pared bien iluminada y crear un huerto vertical, para aprovechar mejor el espacio.

Según las condiciones que tengamos, como las horas de luz y la época del año, podemos hacer una lista de lo que queremos plantar, optando siempre por productos de temporada. Este proceso de búsqueda de información podemos hacerlo con la ayuda de nuestros hijos/as. De este modo, podrán elegir qué quieren sembrar y estarán involucrados desde el primer momento.

Una vez escogidos los elementos, pasamos a preparar el resto de cosas necesarias.

Materiales:

-Podemos hacer macetas caseras con botellas de plástico, cajas de frutas, o cualquier cosa que se nos ocurra y decorarlas.

-Etiquetas-Medidoras de humedad, para saber si nuestras plantas necesitan agua. Para ellos simplemente usaremos palos de pinchito de madera, uno por cada maceta que tengamos, cartulina y rotuladores/lápices de colores. Simplemente recortamos la cartulina con la forma que más nos guste y escribimos en ellas el nombre de lo que estemos cultivando, por ejemplo, “perejil”, la pegamos al palo como si fuese una bandera y lo pinchamos en la tierra. Para saber si la planta necesita riego, sacamos el palo de la maceta y observamos si está seco o húmedo.

-Buscar diferentes tipos de abonos caseros que podamos realizar, dependiendo del tipo de cultivo. Pueden ir desde los posos del café, cáscara de huevo, piel de plátano… Ahorraremos a la vez que les damos una segunda utilidad a estos productos.

-Por último, podemos hacer un pequeño cuadrante en una cartulina, donde quede reflejado qué hemos plantado y cada cuanto tiempo debemos regar, abonar, trasplantar, cosechar, etc, con el reparto de tareas (si va a ser un proyecto a realizar por dos hermanos, por ejemplo, incluiremos los turnos de riego o las macetas de las que se encargará cada uno) y colocarlo en un lugar visible de la casa. De este modo, será más visual para nuestros hijos y les hará involucrarse más en el mantenimiento del huerto.

Consejos y tips:

Existen plantas que requieren poco cuidado, si somos principiantes, y podemos disfrutarlas todo el año. Suculentas, rabanitos, zanahorias o guisantes serán una buena opción.

Podemos combinar plantas aromáticas (perejil, menta) con las que dan frutos como las fresas o las moras.

Si queremos ver resultados rápidos para que la espera se haga más llevadera, podemos cultivar tallos de zanahoria de la siguiente manera: Cuando usemos zanahorias para cocinar, reservamos la parte superior y las metemos en un recipiente con agua suficiente para que cubra la parte naranja. En dos días podemos empezar a observar cómo crecen los tallos. Con ellos, podremos hacer pesto de zanahoria.

En definitiva, es muy divertido ver cómo nuestros hijos/as investigan y aprenden a la vez que nosotros y le daremos un toque verde y original a nuestra casa.

Podéis ver en el siguiente vídeo alguna de las cosas de las que os hemos hablado: La huertina de Toni.

El artículo es de nuestra colaboradora Laura Mezzo Iniesta, TSEI en educación infantil además de Especialista en TEA y atención temprana.